jueves, 16 de abril de 2009

Centro Espírita Irene Solans - CEIS Lleida


Centro Espírita Irene Solans - CEIS Lleida


Manténgase informado y visite nuestra



nueva página CEIS-Lleida:



viernes, 24 de octubre de 2008

El Espiritismo en Lleida.

El 18 de Abril de 1857 es considerado el día y año del nacimiento del Espiritismo o Doctrina Espírita en todo el mundo, con la aparición de El Libro de los Espíritus de Allan Kardec.

Fruto de la rápida expansión de la Doctrina Espírita desde la ciudad de la luz -París-, llegó con fuerza en España, y la ciudad de Lleida en Cataluña, a poco más de hora de camino con Barcelona, no fue una excepción habida cuenta que surgió el Centro Espírita "El Círculo Cristiano-Espiritista" en el mes de mayo de 1873, fundado por D. José Amigó Pellicer.

El Centro Espírita leridano, rápidamente se puso manos a la obra, con el objetivo de estudiar y divulgar la Doctrina que provenía de los Espíritus, manteniendo igualmente un vivo contacto con otros Centros Espíritas del resto de España, incluyendo el Centro Espírita "La Buena Nueva" de la ex villa de Gracia en Barcelona en la que trabajó por mucho tiempo Amalia Domingo Soler, e incluso llegándose a cartear con el propio Codificador de la Doctrina Espírita, Allan Kardec manteniendo así correspondencia entre Lleida y París.

De entre los trabajos que nos legó "El Círculo Cristiano-Espiritista", tenemos el libro "Roma y el Evangelio" del año 1874, en cuyo inicio nos comentan lo siguiente:

"Cuando dimos principio a nuestras reuniones, en el mes de Mayo del año próximo pasado, al objeto de estudiar el Espiritismo, lejos estábamos de sospechar que pudiera llegar un día en que hiciésemos público el resultado de nuestros trabajos. Temíamos hallar en la nueva doctrina puntos ridículos, flancos vulnerables y motivos más que suficientes no ya solo para relegarla al desprecio en primer término y al olvido después, sino aún para condenarla como atentatoria a las sabias leyes de la moral evangélica; en cuyo caso, nuestro ánimo era disolver las reuniones y volver cada uno a su punto de partida."

"Empero hemos de confesar que nos habíamos equivocado. Nuestra prevención contra la nueva escuela era infundada e ilegítima, y debemos a la verdad esta espontánea confesión. En vez de hallar en ella teorías falsas de lógica, afirmaciones ridículas, creencias supersticiosas y absurdas y una moral sospechosa, hemos visto una filosofía robusta, accesible a la razón, sancionada por los hechos y sólidamente establecida sobre la predicación de Jesucristo. Movidos por una fuerza superior irresistible, dimos, en llegando el mes de Setiembre, a nuestras reuniones un carácter más formal, estableciendo, como resultado de los estudios hechos y de las nuevas creencias, aceptadas, el "Círculo Cristiano-Espiritista", decididos ya a entregar oportunamente el fruto de nuestras tareas al fallo de la opinión pública".

En 1875 comienza a publicarse en Lérida, fundada por el sacerdote Niceto Alonso Perujo, una revista ultra-católica denominada "El Sentido Común", cuyo subtítulo no dejaba lugar a dudas acerca de su finalidad: Revista mensual dedicada a combatir el espiritismo. Inmediatamente, en respuesta a este hecho, los espiritistas ilerdenses, de la mano de José Amigo y Pellicer, fundan y lanzan a la luz de todo el público la revista "El Buen Sentido". Y mientras aquella hubo de suspenderse, habiendo podido publicar sólo escasos números por falta de suscriptores, la publicación espiritista pronto goza de buena salud y se extiende con lozanía, circunstancias ambas, que "El Buen Sentido" reflejaría con regocijo en sus columnas.

La publicación tenía periodicidad mensual y se imprimía en la Imprenta de José Sol Torrens; disponía de 16 páginas, con un tamaño de 23 x 15 cm. y texto a dos columnas. En la cabecera del primer número, como subtítulo, se podía leer: "Revista de Ciencias, Cristianismo, Democracia. Órgano del Libre-pensamiento cristiano". El sumario era el siguiente: Nuestra bandera, por la redacción.- Introducción a la Historia universal, por M.- La Religión y el Universo, por D. F. M.- Variedades.

Las expresiones contenidas en el subtítulo de la revista y en la mayoría de los artículos de su fundador, José Amigó y Pellicer, en el que aparecen con frecuencia las palabras "cristiano" y "cristianismo, tienen en este autor un sentido inequívoco: para él decir cristiano y cristianismo, el que él consideraba verdadero cristianismo, eran sinónimos de espiritista y Espiritismo, por coincidir éste plenamente con el mensaje moral de Jesús, tal y como Kardec evidenció en su obra. En la adopción de estas expresiones, tan caras para él, tuvo mucha influencia su introductor en el Espiritismo, es decir su amigo, maestro y compañero entrañable como educador, D. Domingo de Miguel. Sin embargo, entendiendo personalmente la inconveniencia de la adopción de este tipo de lenguaje, por muchas consideraciones sobre las que no vamos a extendernos aquí, al margen de ello, en su labor divulgadora, de la que es expresión la revista “El Buen Sentido", en el espíritu y la letra de sus obras y múltiples escritos, José Amigó y Pellicer es de una nitidez espírita total (su prosa, con algunas peculiaridades propias de la época, es una de las de más calidad de las que se puedan leer en idioma español), sin mezclas ni confusiones de otro tipo, tan frecuentes, por desgracia, hoy día; es decir, para expresarlo claramente: para José Amigó la coincidencia entre el mensaje moral de Jesús con el mensaje moral del Espiritismo, no hacía de éste una religión, ni mucho menos. Así, pues situando en su real contexto estas filias de Amigó y Pellicer, su obra como escritor y articulista en "El Buen Sentido", merecen ser conocidas y estudiadas por los espiritistas españoles.

El mismo año de su aparición (1875), la revista "El Buen Sentido" fue suspendida durante dos meses por orden del Gobernador Civil de aquella provincia, atendiendo a las quejas clericales. Éste no sería el último de los conflictos y suspensiones temporales que la revista tendría que arrastrar en los siguientes años, siempre por presión, evidente u oculta, de la iglesia católica.

A lo largo de su trayectoria, la dirección y administración estuvieron situadas en C/ Mayor, nº 81, 2º, y también en C/ Carmen, nº 29, ambas en Lleida.

La periodicidad fue mensual durante la mayor parte de su existencia, y quincenal durante el periodo 1886-1889.

Junto a los numerosos artículos firmados por su fundador y director, figuraron como colaboradores habituales, en diferentes períodos, Amalia Domingo Soler, J. Vernet, Fernando Martínez Pedrosa, el Vizconde Torres Solanot, Salvador Sellés, Julio Morales, Isidoro Pellicer, Manuel Sanz Benito, José Arrufat Herrero, Manuel Gimeno Eyto, Bernardino F. Izcoiquiz, M. de la Revilla, etc.
En 1877, en la cabecera, se señala que la revista se dedica a: "Ciencias; Religión; Moral Cristiana". El tamaño entonces es de 24 x 15,5 cm. y tiene 40 páginas.

En enero de 1881 "El Buen Sentido" reaparece tras otra suspensión de seis meses. A este respecto, la "Revista de Estudios Psicológicos" de Barcelona (febrero de 1881), decía: "Ha vuelto nuestro inapreciable colega El Buen Sentido a reanudar sus interrumpidos trabajos. Le saludamos de nuevo muy afectuosamente y le deseamos larga y tranquila vida para que pueda trabajar en beneficio de la buena causa que defiende". El número de páginas con las que entonces reaparece, ha crecido, pasando a tener 44.


No obstante, mientras la suspensión se mantuvo, en su sustitución y mediante un "truco legal", salió a la luz una nueva revista denominada "La Voz del Buen Sentido" , que mantenía la misma cabecera, tamaño y periodicidad que su colega suspendida, variando únicamente la numeración. El número 1 (Año I) de "La Voz del Buen Sentido", se publica en junio de 1880. En el primer artículo la publicación se presenta, saluda al público y a la prensa en general, pasando después a aludir a la sentencia de suspensión por seis meses a que se veía sometida "El Buen Sentido", la cual se copia a continuación. Esta publicación de "emergencia" durará hasta el nº 7 (Año I), correspondiente a diciembre de 1880. Por tal razón, de ahí en adelante, "El Buen Sentido" tendrá siempre un desfase entre el número de año y el número de volumen; es decir, desde entonces siempre figurará consignado un volumen menos que los años que realmente tenía de fundada la publicación.


En 1886 (Año XII, Tomo XI) la revista cambia el tamaño, número de páginas y periodicidad, pues pasa a medir 38,5 x 27,3 cm., con 8 páginas, texto a tres columnas, y salir quincenalmente los días 10 y 25 de cada mes. En su cabecera se indica: "El Buen Sentido, Órgano del Librepensamiento cristiano", dedicada a "Ciencias, Cristianismo, Democracia". Este tamaño y periodicidad se mantendrán durante 1887 y 1888.


Durante el año 1888 la revista se subtitula: "Periódico de Ciencias, Cristianismo y Democracia". Al año siguiente volverá a aparecer con este otro subtítulo: "Órgano del Libre-pensamiento Cristiano". Dispone en ambos años de 16 páginas, con el texto a dos columnas.


Este mismo año estallaría un asunto que venía gestándose desde tiempo atrás. Todo comenzó el 8 de mayo de 1882, con el fallecimiento de la primera esposa de José Amigó y Pellicer, María Teresa Folch. Después de celebrado el sepelio, el obispo de aquella Diócesis ordenó la exhumación del cadáver, ya que según las autoridades eclesiásticas los restos de quien había sido esposa de un "librepensador espiritista", no podían permanecer en un cementerio católico. Esto provocó un enorme escándalo. A partir de entonces cada año y durante seis consecutivos, mayormente alrededor de las fechas del aniversario de la muerte de la citada, su viudo, José Amigó y Pellicer, publicaría en las páginas de "El Buen Sentido" un artículo invariablemente titulado "A Tomás, Obispo de Lérida", aunque diferente en su contenido cada vez, donde con lenguaje pulcro pero tremendamente duro, vertía una crítica agudísima, tanto de las actuaciones protagonizadas por el referido obispo como de la iglesia católica en general.


Durante todo ese tiempo el Obispo aguantó, aparentemente impertérrito, aquel anual chaparrón de críticas hasta que, el 28 de mayo 1888, varios alguaciles visitan la redacción de "El Buen Sentido", procediendo al secuestro, por orden del juez, de todos los ejemplares editados del número correspondiente a la primera quincena de aquel mes, presentes en la administración. Esto sucedía transcurridos sólo tres días de que la revista hubiera sido denunciada por el habitual artículo de cada año dirigido "A Tomás, Obispo de Lérida", publicado en el referido número (1). Una semana después, el día 4 de junio, el tribunal dispuso que su director, José Amigó y Pellicer, ingresara en la cárcel o en su defecto, para poder mantenerse en libertad provisional, pagara una fianza, verificándose esto último.


Todos estos acontecimientos provocaron que el número de la revista que tendría que haber salido el 25 de mayo de ese año, no pudiera imprimirse, lo que obligó a su director a anunciar posteriormente, en el ejemplar correspondiente al 10 de junio, que el número atrasado se publicaría en uno de los meses siguientes.
En la revista del 10 de septiembre de 1888 (nº 16), se da cuenta de la sentencia del caso que, al contrario de lo que la mayoría esperaba, fue inculpatoria, siendo José Amigó y Pellicer condenado a la pena de dos meses y un día de arresto mayor, acusado de injurias al Obispo. El siguiente número, correspondiente al 25 de septiembre de 1888, está en su totalidad dedicado al juicio. En él se publica un relato con su desarrollo: el interrogatorio, la defensa, la sentencia y un comentario final. Con este número termina el tomo correspondiente a ese año.


En 1889 "El Buen Sentido" recupera su viejo tamaño, aunque mantiene la periodicidad quincenal. En el primer número del tomo, su director explica a los lectores y suscriptores, las dificultades que la revista venía teniendo en aquellos últimos tiempos para aparecer con puntualidad, debido a retrasos en la imprenta. Esto determinó finalmente el cambio de taller en que se venía imprimiendo, realizándose en adelante dicho trabajo en la Imprenta de Baseda (Barcelona). Se anuncia también que en los meses siguientes se publicarían, en forma de números extraordinarios, aquellos ejemplares que faltaban para completar el año 1888.


En el número 3 de 1889 (publicado el 10 de febrero) se comunica que por decreto de la Reina Regente, fechado el 22 de enero anterior, se concedía un amplio indulto por delitos cometidos por medio de la imprenta y otros de carácter político, mandando al ministerio fiscal desistir inmediatamente de las acciones penales en los procesos incoados por los expresados delitos. José Amigó y Pellicer, que no obstante ya había interpuesto recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra el fallo de la Audiencia criminal de Lérida, entró en las listas de favorecidos por el indulto, aunque aún tardó un tiempo en serle aplicado el decreto.
Los cuatro últimos números del año 1889 no pudieron editarse debido a una enfermedad de su director, José Amigó y Pellicer.


En 1890 "El Buen Sentido" recupera la periodicidad mensual. En la cabecera se señala que la revista se dedica a "Ciencias, Cristianismo, Democracia". En el primer número del año se publica un anuncio donde se indica que los números que faltaban de la anterior anualidad, los recibirían los suscriptores alternados con los del año que se iniciaba, después del mes de febrero. No obstante, este objetivo sólo pudo cumplirse en parte y en el número de diciembre se incluye otra nota anunciando que los ejemplares que faltaban se recibirían en 1891. En efecto, así fue, dichos números (20, 21, 22 y 23) serían publicados ese año en dos entregas, conteniendo cada una de ellas dos números juntos.


A causa de los numerosos impagos de suscriptores, de los gastos ocasionados por su mal estado de salud y otros inconvenientes familiares que afectaron a su fortuna, José Amigó y Pellicer tiene que suspender la publicación de la revista terminado el año 1893, después de 19 años de intensa y fructífera labor dedicada a la difusión de los principios y enseñanzas del Espiritismo.


Estas dificultades económicas, no obstante, no terminaron ahí para el que había sido fundador y director de "El Buen Sentido", ya que al cese la publicación mantenía una deuda con el impresor que no pudo afrontar. A la vista de estas circunstancias acuden en su ayuda el Vizconde de Torres Solanot, Miguel Vives y Amalia Domingo Soler, solidarizándose todos ellos con su viejo amigo y co-idealista publicando, firmada por los tres, una circular en "La Luz del Porvenir" del 4 de Julio de 1895, en la que recababan a los antiguos suscriptores que mantenían deudas con la revista, el abono de las cantidades adeudadas, y a los espiritistas españoles en general su colaboración, tanto comprando volúmenes de la obra "Roma y el Evangelio", como mediante la donación de cantidades voluntarias.


No resultó fácil recaudar las 2.000 pesetas de entonces, que era la cuantía a que ascendía la deuda de José Amigó con el impresor Baseda, cuyo pago tenía que efectuarse como fecha límite el 1º de diciembre de 1895, so pena de procederse a un embargo. Llegada esa fecha la deuda no pudo abonarse en su totalidad, pero viendo el impresor la buena voluntad y disposición de los espiritistas, concedió una prórroga de tres meses, hasta febrero de 1896. Finalmente, en una nota titulada "A los Espiritistas" inserta en la portada del número 46 de "La Luz del Porvenir" (Año XVII, de 19 de marzo de 1896), Amalia anuncia que la deuda había sido abonada, comentando a continuación: "En nombre de nuestro hermano en creencias José Amigó y Pellicer, damos un voto de gracias a los espiritistas que han respondido a la circular que publicamos en La Luz del Porvenir el 4 de julio pasado… Nuestro hermano se encuentra tranquilo, sin temor alguno, agradecidísimo de todos los espiritistas que le han demostrado su afecto".


Concluye con estas palabras:


"Espiritistas, hermanos míos; si queda muy agradecido de vosotros José Amigó y Pellicer, creed que mi gratitud es inmensa al ver que mi voz encuentra eco entre mis hermanos, y desde las columnas de La Luz os envío la expresión de mi eterno agradecimiento".


NOTAS: 1) La revista espiritista bonaerense (Buenos Aires-Argentina) "Luz del Alma" publicó integralmente, hacia finales de 1888 o principios de 1889, el artículo causante del proceso que se había abierto contra el director de "El Buen Sentido".

Transcurrido todo ese período de tiempo de esplendor, el Espiritismo se mantenía firme en la ciudad de Lleida, pues la continuidad del movimiento espírita estuvo en pleno apogeo, con figuras eminentes como el leridano Dr. Humbert Torres, diputado del Parlament de Catalunya y Presidente del Comité Consultivo de la Federación Espírita Española, que mantenía un íntimo contacto con el "Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos". El Dr. Humbert Torres participó en el Congreso de Lieja (Bélgica) en agosto de 1923, como representante español del Espiritismo a fin de crear la Federación Espiritista Internacional.

El Dr. Humbert Torres estuvo presente de forma activa en el Congreso Espiritista Internacional, celebrado en Barcelona del 1 al 10 de setiembre de 1934, siendo su miembro honorario. El día 9, a las once de la mañana, llevó a cabo un gran acto de propaganda espírita bajo su presidencia, con participación de delegaciones extranjeras, y a las cinco de la tarde impartió una conferencia bajo el título "El Espiritismo en el momento actual", y el día anterior ofreció la conferencia "Espiritismo y Sociología".

De entre los asistentes al Congreso Espiritista Internacional, encontramos multitud de leridanos que acudieron a Barcelona a fin de participar ya sea en todos o en algunos de los días en que duró tan eminente Congreso.
Los nombres de los leridanos, que se tenga registro, fueron: Luis Coronel Soria, Doctor Humberto Torres, Aurora Sanés Gumbau, José Vidal Ruiz, Pedro Argelich (Tàrrega), Mario Amigó Rojals (Tàrrega), Maria Domènech Gramunt (La Seu d´Urgell), Francisco Margalef y Senén Ros Raich (Mollerussa).

Si bien, a pesar de las dificultades económicas, también hizo acto de presencia al Congreso Espiritista Internacional, D. Ramon Solans i Ris de la localidad de Corbins, situada a 10 quilómetros de la capital, Lleida.

Con posterioridad a este magno acontecimiento, los siguientes años fueron marcados por una dictadura franquista después de una guerra civil, que prohibiendo la Doctrina Espírita y el derecho de reunión, implicó un gran retroceso del avance del movimiento espírita en España.

Sin embargo, la hermana menor de D. Ramon Solans i Ris, la Sra. Irene Solans i Ris continuaba sus estudios doctrinarios con los libros que tenían en su poder y juntamente con el farmacéutico de Corbins.

El estudio de la Sra. Irene Solans Ris, se mantenía casi en privado, casi en silencio, siendo sus anhelos, sus sentimientos puramente espíritas oprimidos por la larga dictadura, perdiendo casi por completo el contacto con cualquier espiritista o Centro Espírita de la región, pues ya casi había desaparecido toda aquella gran llama que iluminaba el país, la llama de la Doctrina Espírita, de la que únicamente quedaban pequeñas chispas o brasas sueltas por las que el estudio doctrinario hacía las veces de leve viento a fin y efecto de avivar su esplendor y poder encender el fuego nuevamente.

Finalizada la dictadura franquista, ya en los años 70 del S. XX, el viento sopló con más fuerza y pudo empezar nuevamente a resurgir con timidez la Doctrina Espírita en nuestro país. Así, ya no hacía falta que la Sra. Irene Solans i Ris rompiera o forrase las tapas de sus libros por el temor a ser descubiertos, ya no hacía falta que tuviera un vendaje para que sus palabras llenas de conocimiento salieran al exterior viajando en la dirección que marcare el viento.

Empezó así, su conquista en favor la Divulgación de la Doctrina Espírita, que la llevó a dirigir su propio Centro Espírita en la misma ciudad de Lleida, -a la que vino a vivir en 1948 desde Corbins-, primero en la Avinguda de València y posteriormente en el Carrer Taquígraf Martí, calle paralela al Carrer Humbert Torres, manteniendo contacto vivo con los Centros Espíritas de Reus (Tarragona), Igualada (Barcelona) y Valls (Tarragona) entre otros esparcidos por la geografía española, e igualmente manteniendo el constante contacto y su amor hacia los Grandes Oradores y Médiums Espíritas de la segunda mitad del S. XX y comienzos del S. XXI, Divaldo Pereira Franco, Raúl Teixeira y Juan Antonio Durante, llegándolos a "adoptar" en su propio domicilio, en su Centro Espírita, en diversas ocasiones a fin de que ellos también ayudaran a la expansión de la Doctrina Espírita en la ciudad de Lleida.

Su divulgación doctrinaria, su espíritu de lucha, su gran corazón, su fuerte sentimiento a la hora de adoctrinar y de explicar por doquier "La Gran Doctrina" -como ella siempre decía y así la nombraba-, caló también en su propia familia.
Aquélla chispa que permaneció latente y viva durante tanto tiempo después de muchas luchas en la época franquista, logró encender de nuevo el fuego en la ciudad de Lleida.

Irene Solans, aquella chispa que iluminaba la ciudad de Lleida, a pesar de su edad se mantenía viva y serena gracias a "La Gran Doctrina" que la impulsaba a viajar a todos los lugares de reunión donde confraternizaban los espíritas en este país. "La Gran Doctrina" le permitía acudir a todos los Congresos Espíritas de España.

El 1 de Diciembre del año 2005, acompañada por su hijo y por su nieto, Xavier Llobet, acudió puntual a Barcelona en el Hotel Avenida Palace de la Gran Via de les Corts Catalanes, con la intención de escuchar la conferencia impartida por Divaldo Pereira Franco, bajo el título "Trastornos psíquicos y mediúmnicos".

Allí, se reencontró con todos sus amigos espiritistas, -su familia espiritual-, y por supuesto se reencontró con Divaldo.

Su inspiración le decía que aquel reencuentro se trataría finalmente de una "despedida", de un hasta luego si bien ella callaba.

Finalizada la conferencia, finalizados los saludos, los emotivos abrazos y las despedidas momentáneas con sus amigos espiritistas, nos disponíamos a salir del referido hotel, momento en que cruzando el Passeig de Gràcia de Barcelona la Espiritualidad le llamó a la puerta a fin de dirigirse nuevamente a la Patria Espiritual. A partir de ese momento los lazos que la unían a su espíritu comenzaban a ser desligados por la Espiritualidad; llegaba el momento de su desencarnación. En esos instantes lo comprendíamos todo, aquel reencuentro fue una "despedida", fue la carta de partida hacia el Plano Espiritual, fue la puerta de embarque y su punto y final de su última reencarnación.

Irene Solans, desencarnó el día 2 de Diciembre de 2005, después de 82 años de estar reencarnada en el plano material, junto a sus seres queridos, su familia carnal y con un gran ejemplo a seguir que duró incluso hasta sus últimos instantes entre nosotros.

Gracias a esa "Gran Doctrina" que ella diariamente se refería y nos enseñó, no únicamente mantenemos su recuerdo en nuestras mentes y nuestro corazón, sino que vamos mucho más allá y la certeza de que su vida continúa y de que está muy cerca de nosotros y de otros hermanos espiritistas continuando su trabajo desde el Plano Espiritual en Pro de "Gran Doctrina" ha llegado a ser corroborada...

El Centro Espírita Irene Solans, nace con la intención no sólo de rendir homenaje a su figura, a su trayectoria siguiendo los pasos del Espiritismo floreciente a principios del S. XX, y a su trabajo espírita aquí en un principio y posteriormente en la Patria Espiritual, sino que también nace con la intención de cumplir con la tarea de la Divulgación de la Doctrina Espírita, gracias al empeño de su nieto, y de adquirir firmemente el Relevo Espírita que ha ido pasando a lo largo de los años.

Atentamente,

Xavier Llobet

En la ciudad de Lleida, a 25 de octubre de 2008

ceirenesolans@gmail.com